Ramo Rocío
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Las orquídeas tienen una apariencia extraña, ya que todas ellas se parecen a un animal. Este mecanismo lo utilizan para atraer a los insectos y poder polinizarse mejor que otras plantas competidoras. Posiblemente por este motivo, los romanos la estudiaban buscando el eslabón perdido entre el mundo animal y el mundo vegetal. Los árabes, en cambio, la utilizaban como afrodisíaco, con las raíces fabricaban una harina llamada hacech que no faltaba en los harenes de los grandes señores.
Existen unas 20.000 variedades de orquídeas catalogadas, una de ellas, cattleya, que fue declarada flor nacional de Venezuela en los años 50.
Fueron los griegos quienes la convirtieron en una flor mitológica, la flor de Eros, de los amores impulsivos. En la Antigua Grecia un pastor llamado Orchis, tuvo un arrebato de amor que le costó la vida. Cuenta la leyenda que Dionisio, dios de la naturaleza salvaje y el vino, vagaba por los bosques haciendo una procesión con sus ninfas, las bacantes, a favor de la naturaleza y los fieros animales salvajes. El incauto Orchis tuvo el atrevimiento de besar y abrazar a una de las muchachas con ímpetu y fogosidad, esto creó un revuelo que motivó a Dionisio a enviar a las fieras salvajes a matarlo. La ninfa se arrepintió de tal brutal venganza y pidió a Dionisio que le devolviera la vida. Éste le contestó: “eso es imposible, lo único que podría hacer por él es convertirlo en una planta de hermosas flores.” Ella insistió, luego el dios dijo que lo único que le quedaba era elegir como sería la flor. Ella le contestó: “Que sea lo mas parecido a un animal.”
Fernando Ríos López