La más bella de las flores, tiene 20 millones de años, por ello todas las culturas han disfrutado de ellas. Los egipcios la conocían como la flor del silencio, los griegos como la flor del amor apasionado, los romanos como símbolo de amistad y bienvenida, los árabes como la flor del profeta, los cristianos como la flor de la Virgen, y un largo etcétera. Nadie escapa a su encanto, y según su color ha sido asociada a diversos significados; así la de color rosa simboliza amistad y agradecimiento, la blanca pensamientos puros, la amarilla celos perdonados y la roja el amor apasionado, según una leyenda donde intervienen los dioses del Olimpo.

Esta leyenda cuenta que Venus, la más bella y pecadora de las diosas, se citó en el bosque con Adonis, Dios de la belleza y la juventud, para disfrutar de los placeres del amor. Sin embargo, Marte se percató de que su esposa le iba a ser infiel con otro dios y se transformó en un jabalí que atacó ferozmente al indefenso Adonis. Venus, atolondrada, corrió para poder salvar a su joven amante. En esta carrera se fue hiriendo con los rosales silvestres, cuyas flores blancas e inmaculadas fueron quedando manchadas de sangre, sangre llena de amor, transformándose así en hermosas rosas rojas. A partir de entonces, las rosas rojas pasaron a ser las flores de los amores apasionados.